Instrucciones para convertirse en gaviota



Sepa que puede. Tiene que estar convencido, sino la gaviota interior se intimida. Tiene que buscar un día gris y caminar por la rambla. Si no puede acceder a la rambla montevideana usted deberá contactar nuestros técnicos en el lugar correspondiente.
Párese en dirección al mar, es mejor si por la zona hay otras gaviotas volando entre la niebla. Si hay niebla siempre es mejor.
Sienta cómo su hombro derecho se disloca, se descoloca, y hace un crack, a la vez que no puede evitar llevar el brazo entero hacia atrás. En un momento lo mismo pasará con su brazo izquierdo.
Piense en todo momento que usted nació para mucho más que para lo que está viviendo. Que en realidad puede volar con las demás gaviotas, porque el cuerpo humano en el que habita a diario es demasiado débil para hazañas inesperadas.
Si aún así la transformación se ve un poco trancada, pruebe dar un galope corto por la arena hasta poder sentir cómo sus pies se despegan de ella. Sus omóplatos agradecerán la carrera anticipatoria ya que podrán transformarse en alas de una forma menos dolorosa.
Cuando mire para abajo y vea a lo lejos una orilla y el olor del mar sea más intenso y el viento le golpee la cara, usted ha tenido éxito: es una gaviota.


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